sábado, 25 de octubre de 2014

Fluoxetina (Prozac).

La fluoxetina (Prozac) se usa para tratar la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (pensamientos perturbadores que no desaparecen y la necesidad de realizar ciertos actos una y otra vez), algunos trastornos de la alimentación y ataques de pánico (ataques súbitos e inesperados de terror extremo y la preocupación que tales ataques generan). La fluoxetina (Sarafem) también se usa para aliviar los síntomas del trastorno disfórico premenstrual, incluidos los cambios repentinos del estado de ánimo, la irritabilidad, la inflamación y el aumento de la sensibilidad de los senos. La fluoxetina pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés).

 Efectos secundrios:

                    1:nerviosismo.
       
                    2:náuseas.

                    3:sequedad en la boca.

                    4:dolor de garganta.

                    5:somnolencia.

                    6:debilidad.

                    7:temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo.

                    8:pérdida del apetito.

                    9:pérdida de peso.

                    10:cambios en el deseo o la capacidad sexual.

                    11:sudoración excesiva.

 Algunos efectos secundarios pueden ser graves:

           1:sarpullido.

           2:urticaria.

           3:fiebre.

           4:dolor articular.

           5:inflamación de la cara, la garganta, la lengua, los labios, los ojos, las manos, los pies, los tobillos o las pantorrillas.

6:dificultad para respirar o tragar.

7:fiebre, sudoración, confusión, latidos cardíacos rápidos o irregulares y rigidez muscular intensa.

8:ver cosas o escuchar voces que no existen (alucinaciones).

9:convulsiones.

 La fluoxetina puede provocar otros efectos secundarios.

 

Un reducido número de niños, adolescentes y adultos jóvenes (de hasta 24 años de edad) que durante los estudios clínicos tomaron antidepresivos ('elevadores del estado de ánimo') como la fluoxetina, desarrollaron tendencias suicidas (pensar en hacerse daño o quitarse la vida, o planear o intentar hacerlo).

Los niños, adolescentes y adultos jóvenes que toman antidepresivos para tratar la depresión u otras enfermedades mentales pueden ser más propensos a desarrollar tendencias suicidas que aquellos que no toman antidepresivos para tratar dichos trastornos.

Sin embargo, los expertos desconocen con exactitud la magnitud de este riesgo y hasta qué punto debe tenérsele en cuenta al decidir si un niño o adolescente debe tomar o no un antidepresivo.

Tenga en cuenta que su salud mental puede cambiar de modos inesperados cuando toma fluoxetina u otros antidepresivos, incluso si usted es un adulto mayor de 24 años.

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